“Una historia incomparable, llena de
dolor y luchas, el realismo y ese toque que solo esta obra nos puede brindar”
Bastan cincuenta años para que las intrigas de palacio se conviertan en un cuento de hadas repleto de conjuros, princesas malditas y castillos encantados, y eso fue lo que pasó con La bella durmiente. Bien lo sabe Elise Dalriss, una humilde anciana que durante su juventud trabajó como dama de compañía de la taciturna reina Leonore y cuidó de su hija, la princesa Rose, de quien ahora los juglares dicen que durmió durante cien años.
«¡Ja! Sería un truco realmente hábil derribar a la hija del rey con un huso y verla revivir con un simple beso. A otros con esa historia...», exclama Elise, protagonista de esta peculiar versión de La bella durmiente, una novela que está muy cerca de las debilidades humanas y muy lejos de las versiones edulcoradas del cuento. El afán de poder, las conspiracionesy el mal amor son ingredientes vitales en esta espléndida historia de mujeres que no quisieron quedarse quietas mientras esperaban la llegada del príncipe azul.
“Me
reconforta saber que la historia de la Bella Durmiente nos sobrevivirá a todos
como un cuento del mal vencido y el bien victorioso que resonará a través de
los siglos. Y así es como debe ser. Porque la verdad no es un cuento de hadas”
Elizabeth
Blackwell nos trae una obra épica y encantadora que cuenta la historia que
todos solíamos conocer de una manera muy distinta. En este caso, desde el punto
de vista de Elise Dalriss.
La historia
comienza con la protagonista ya anciana, cuando escucha a su bisnieta relatar
la historia que vivió en carne y hueso, pero de una forma muy ajena y mucho más
mágica, más feliz.
“-La cantaba un trovador en la feria.
– Le centellaron los ojos al recordar, y me la imagine en la plaza del pueblo,
abriéndose paso entre la multitud hasta situarse delante -. ¿Te imaginas a la
princesa sola en su torre esperando a su verdadero amor? La sola idea me hace
estremecer.
Llegada la
noche decidió contarle a Raimy la verdadera historia tras “La Bella Durmiente”
Inicia con
una primera parte titulada “Erase una Vez” ( su segunda parte se llama “Las
sombras de la muerte”) en la cual cuenta la historia de su niñez, viviendo en una
granja con muchos hermanos, con un padre al que se lo consideraba como un
hombre duro y una madre que en su juventud sirvió en el palacio y le ha
enseñado a leer y escribir, diciéndole siempre que se merece mucho más que ser
la esposa de un campesino.
Debido a
unos sucesos inesperados, una noche, sale del altillo en que dormía y huye
hacia un futuro mejor: El castillo de Saint Elsip.
Un futuro
totalmente incierto la espera detrás de los muros del castillo, lo más hermoso
y lo más horrible, la verdad de su origen, y una implacable lealtad a la
corona.
“La mayoría de la gente veía esos muros como una protección contra el peligro, pero en alguna recóndita parte de mi mente yo percibía que no todas las amenazas procedían del exterior”
¡Por Dios!
No sé cómo me
he retrasado tanto con esta reseña.
No dejo de
considerar a este libro como mi favorito. Es una de esas historias que dejan
huellas, que cuando terminas de leerlas sientes un vacío inexplicable.
La he leído
muchas veces y todas he llorado como una loca.
Verdaderamente
creo que este libro merece un mayor reconocimiento. Dicen que Elizabeth ya se
ha ubicado entre las escritoras destacadas de su generación. Pero su nombre no
hace tanto ruido entre el público juvenil como pienso que debería.
Literalmente
la he amado. Dorian está guardado en mi corazón, y de vez en cuando no puedo
evitar agarrarlo y releerlo y aun si, descubro cosas nuevas.
Le pongo
este puntaje muy insatisfecha porque se merece más, y tampoco está a la altura
de otras obras con cinco estrellas.
¡Ya saben,
si no la han leído corran a comprarlo, merece la pena!
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